El sándwich cubano: de humilde almuerzo a ícono culinario

Un hombre prepara sándwiches cubanos en un establecimiento de Ybor City en 1966, mientras una fila de clientes espera y observa con atención el proceso.

Nadie sabe con certeza de dónde salió el sándwich cubano. No hay registros definitivos que determinen dónde surgió por primera vez ni quién fue su creador. Tal vez esto se deba a que no nació en las oficinas de marketing de un rascacielos en Nueva York, sino en las cocinas de familias trabajadoras. Sin embargo, su origen humilde no le ha impedido convertirse en un ícono de la cultura culinaria estadounidense.

A finales del siglo XIX y principios del XX, los cubanos se trasladaban con bastante libertad entre Cuba y la Florida. Viajaban sobre todo a Cayo Hueso y Tampa, plazas con una actividad económica importante. En aquel entonces, Miami era una pequeña ciudad en crecimiento y no representaba un destino atractivo. La mayoría de los cubanos que llegaban a la Florida se dedicaban, de una forma u otra, al negocio del tabaco. Algunos lo hacían en calidad de empresarios, mientras que otros, la mayoría, eran obreros en las fábricas y los puertos.

Las jornadas laborales en las tabaquerías eran largas y arduas, por lo que los trabajadores requerían de una alimentación sustanciosa. Sin embargo, los almuerzos debían también ser breves y fáciles de consumir. Todo esto ocurría dentro de los límites tecnológicos de la época, antes de la invención del microondas y la adopción masiva de los sistemas de refrigeración.

De esta necesidad surgió el sándwich cubano: una flauta de pan rellena con cerdo asado, jamón, queso suizo, pepinillos y mostaza. Una combinación de sabores que no solo es deliciosa, sino que también sacia hasta al más exigente comensal. En Tampa se enriqueció con la influencia italiana de Ybor City, donde le añadieron salami. Hasta el día de hoy, este ingrediente distingue al «Cuban» tampeño, dándole un toque único respecto a otras versiones del sándwich.

Su ascenso de humilde almuerzo para trabajadores a símbolo culinario fue relativamente rápido. Para 1934, el sándwich cubano ya había trascendido las comunidades cubanas y comenzaba a ser reconocido en otras partes de Estados Unidos. Así nos lo hace saber un artículo publicado ese año en The Mason City Globe-Gazette, un periódico de Iowa, que lo menciona como una especialidad gastronómica de la ciudad de Tampa. Su popularidad continuó creciendo a lo largo del siglo XX, hasta convertirse en un símbolo de identidad cultural tampeña.

En 2012, el ayuntamiento de Tampa lo declaró el ‘sándwich insignia’ de la ciudad. Cierto es que los tampeños, sin importar origen étnico o color de piel, tienen un aprecio especial por el “Cuban Sandwich.” Su presencia es ineludible tanto en bodegas pequeñas y humildes como en restaurantes de lujo. Establecimientos icónicos como La Segunda Bakery y el restaurante Columbia lo han tenido en oferta por más de un siglo. La pasión tampeña por el sándwich cubano se observa en su máxima expresión durante el Festival Anual del Sándwich Cubano, un evento que celebra la historia y evolución de este clásico de la gastronomía floridana y su alma indiscutiblemente cubana.